Tras realizar el taller conversatorio, se tuvo una gran participación de los productores invitados como de los mismos consumidores de estos productos. Éste taller parte de la labor y de la experiencia que ha mantenido a los productores de éstos alimentos, donde se han puesto de manera pública los inconvenientes y oportunidades que cada uno ha encontrado en el sector. Dentro de los participantes, se encontró productores que han venido trabajando con agricultores tradicionales ancestrales aledaños a Bogotá, empresas que involucran el compostaje dentro de su modelo de negocio así como ver en el turismo una valiosa oportunidad para promover el consumo de productos agroecológicos sin olvidar la comunidad que está atrás.
Al hablar de productos agroecológicos es hablar de toda una tradición ancestral que ha perdurado en el tiempo y que por diversos motivos se han ido perdiendo en el transcurso. No obstante, el incremento de enfermedades y el uso de químicos en su cultivos han sido una motivación para los productores de mantener y rescatar esta tradición, orientado al comer mejor, comer conscientemente y enseñar cómo usar los alimentos que se tiene a disposición. Cada uno de estos productores así como consumidores a su vez, está en marcar la diferencia lo que permite mantenerse en el mercado al consolidar su actividad como un modelo de negocio sólido. Añadido a esto, se toma como base la cultura de consumo que ha llevado a ser más consciente acerca de la calidad de los productos, la comunidad que está detrás de su actividad y el valor de consumirlos al influir en el cuerpo mismo.
RETOS Y OPORTUNIDADES
Todos estos esfuerzos se proponen un cambio de pensamiento necesario que debe suceder en el consumidor al entender el valor de lo que consume, entender el tiempo que toma e involucrarlo con el proceso al no segregar, incluirlo en la economía al valorar los recursos poniendo al consumidor en el lugar del productor. Dentro de la economía familiar, se propone partir desde las bases empezando con la infancia al poder crear una cultura consciente con relación al consumo. Dicho cambio propone un consumo consciente de los recursos, un concepto que se relaciona con la velocidad de las ciudades visto en la practicidad cotidiana versus la calidad de vida de las personas. Por parte de los productores, se ve la necesidad de trabajar en red, crear una interconexión de toda la tierra cultivada, alianzas para fortalecer una organización que permita guiar al productor y cómo hacer que la economía vaya en pro de las minorías. En su comercialización se ve su mayor oportunidad de fortalecimiento, puesto que se deben crear estrategias de mercado para apoyar el valor de éstos alimentos para entrar a competir desde la calidad. Esto permitirá crear políticas que ayuden al pequeño productor, manejar economías de escala para agrupar a quienes producen fortaleciendo la relación directa con los consumidores sin requerir intermediarios que actúan como grandes plataformas de logística incidiendo fuertemente en los precios. Aunque el camino de fortalecimiento requiere un profundo cambio social y político, Colombia cuenta con grandes oportunidades en su desarrollo como son las regiones y los climas que permiten una producción continua de alimentos, la calidad y variedad de los alimentos, una creciente tendencia a consumir más saludablemente incluyendo el consumo local, todo esto acompañado de la rica tradición gastronomía colombiana como los saberes ancestrales.
Como objetivo del taller conversatorio, se buscó la integración de productores para la creación de alianzas que permitan trabajar en sinergia en vez de competencia. Ésto significa crear espacios de encuentro para fortalecer la producción agroecológica que fomenten a la creación de nuevos modelos de negocio enfocado a la red de producción, distribución y consumo. OSCE DAYS permitió conocer los recursos que se cuentan encaminando las rutas a la revolución social alimentaria.
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